El primer paso es el mordentado de las fibras, algodón o lana. Este paso es fundamental para que el color se fije sobre los diferentes hilados.
Lo siguiente es la preparación de los tintes naturales que se obtienen a partir de material botánico. Este material vegetal se va recolectando a lo largo de todo el año, cada hoja, flor, hongo, madera, frutos ... tiene su momento de crecimiento y maduración.
La observación de la naturaleza y el estudio del entorno nos guiarán para encontralo.
Ellos nos permitirán crear una amplia paleta de colores.

Cada prenda tiene un diseño único e irrepetible. Se hace un cálculo del material teniendo en cuenta tramas y urdimbres.
La etapa más extensa y menos creativa es el traslado de las urdimbres del urdidor al telar.
Una vez colocadas, comenzamos a tramar y vamos viendo nacer la tela que habíamos imaginado.

Paños tejidos en tafetán, cuadros, gasas, barracanes, un sinfín de combinaciones de puntos y colores se convertirán en una ruana, chalina o manta que brindarán su calor.
Por último se realizan las terminaciones de costura, bordado, crochet y en algunos casos aplicaciones de telas con impresión botánica.

Fuí caminando a través de todos estos procesos sintiendo aromas, observando formas, siluetas y texturas, sorprendiéndome con colores inesperados